erey
Forer@ Senior
Verificad@ con 2FA
Buenos días.
Comparto con ustedes estos pensamientos, por que espero que me comprendan, o que quizás alguno haya vivido una experiencia similar.
Desde muy joven me he sentido interesado por la mecánica y por la relojería. He tenido la suerte de que mi familia ha incentivado este interés y no puedo recordar una época de mi vida en la que no haya habido un reloj acompañándome. Esto con los años ha seguido siendo así.
Incluso he tratado de adaptarme al espíritu de los tempos de la segunda mitad de los años dosmiles y explorar los tamaños de 40 -42 mm. Pero nunca me atreví a ir más allá de ese punto. No se si por pudor, decoro, practicidad, edad, o posicionamiento éstetico.
En paralelo a este disconfort con el creciente incremento del tamaño de los nuevos lanzamientos de la industria, incluso con relojes totalmente fascinantes, que como objetos contemplados me resultaban atractivos y deseables, no me atreví a avanzar en esa dirección. Y les confieso que celebro con alegria las re ediciones de piezas historicas de los catalogos, pero no son estos los relojos que me inquietan.
En lugar de nuevas piezas de tamaño masivo e interesantes, que me gustan e interesan, poco a poco he ido disfrutando piezas digamos más vividas, que empezaron a llegar a mi vida por distintos motivos, desde la nostalgia de la juventud, a afortunadas serendipias en mercadillos de ciudades europeas o fallecimientos de familiares.
Y poco a poco he ido poseyendo algunas piezas que podrían clasificarse de vintage y que disfruto enormemente.
Hasta aquí el contexto, y a partir de aquí el asunto del que les quería hablar y que me ronda la cabeza.
A raíz de disfrutar de algunos de estos , para mi venerables, y quizás también de convivir con el foro e interesarme por la historia de marcas y movimientos de forma más profunda, muchas veces al pararme frente a un escaparate de una relojería o dar un vistazo al catalogo de alguna marca siento que nada de lo que se fabrica en la actulidad esta hecho para mi, y que muchas veces me descubro a mi mismo suspirando por alguna pieza descatalogada o mirando con deseo algunas de las fotografías que se presentan por estas paginas por parte de los compañeros.
No se si este sentimiento se debe a un anhelo de otro tiempo con otros valores, a ciertos postulados estéticos, a otra forma de estar en el mundo diferente al Zeitgeist.
Si ustedes tienen este sentimiento, o algo parecido a lo que se describe, sepan que no están solos y que les saludo en hermanamiento de afición.
Muchas gracias.
Comparto con ustedes estos pensamientos, por que espero que me comprendan, o que quizás alguno haya vivido una experiencia similar.
Desde muy joven me he sentido interesado por la mecánica y por la relojería. He tenido la suerte de que mi familia ha incentivado este interés y no puedo recordar una época de mi vida en la que no haya habido un reloj acompañándome. Esto con los años ha seguido siendo así.
Incluso he tratado de adaptarme al espíritu de los tempos de la segunda mitad de los años dosmiles y explorar los tamaños de 40 -42 mm. Pero nunca me atreví a ir más allá de ese punto. No se si por pudor, decoro, practicidad, edad, o posicionamiento éstetico.
En paralelo a este disconfort con el creciente incremento del tamaño de los nuevos lanzamientos de la industria, incluso con relojes totalmente fascinantes, que como objetos contemplados me resultaban atractivos y deseables, no me atreví a avanzar en esa dirección. Y les confieso que celebro con alegria las re ediciones de piezas historicas de los catalogos, pero no son estos los relojos que me inquietan.
En lugar de nuevas piezas de tamaño masivo e interesantes, que me gustan e interesan, poco a poco he ido disfrutando piezas digamos más vividas, que empezaron a llegar a mi vida por distintos motivos, desde la nostalgia de la juventud, a afortunadas serendipias en mercadillos de ciudades europeas o fallecimientos de familiares.
Y poco a poco he ido poseyendo algunas piezas que podrían clasificarse de vintage y que disfruto enormemente.
Hasta aquí el contexto, y a partir de aquí el asunto del que les quería hablar y que me ronda la cabeza.
A raíz de disfrutar de algunos de estos , para mi venerables, y quizás también de convivir con el foro e interesarme por la historia de marcas y movimientos de forma más profunda, muchas veces al pararme frente a un escaparate de una relojería o dar un vistazo al catalogo de alguna marca siento que nada de lo que se fabrica en la actulidad esta hecho para mi, y que muchas veces me descubro a mi mismo suspirando por alguna pieza descatalogada o mirando con deseo algunas de las fotografías que se presentan por estas paginas por parte de los compañeros.
No se si este sentimiento se debe a un anhelo de otro tiempo con otros valores, a ciertos postulados estéticos, a otra forma de estar en el mundo diferente al Zeitgeist.
Si ustedes tienen este sentimiento, o algo parecido a lo que se describe, sepan que no están solos y que les saludo en hermanamiento de afición.
Muchas gracias.